En el plano físico, nos hace más conscientes de los ritmos y necesidades naturales del cuerpo, fortalece los músculos y huesos, retrasa el proceso de envejecimiento, aumenta la energía vital, da flexibilidad y equilibrio, oxigena y limpia nuestros órganos, beneficia nuestro sistema endócrino, cardiovascular, respiratorio y digestivo. Nos permite abrir los canales energéticos y equilibrar los chakras.